La cromoterapia o terapia con los colores es un método de armonización y de ayuda a la curación natural de ciertas enfermedades por medio de los colores. Los colores corresponden a vibraciones que tienen velocidades, longitudes y ritmos de ondas diferentes. Estos ejercen una influencia física, psíquica y emocional que nosotros no somos concientes en general y que permite a nuestra energía vital de tener un estado que facilita la autosanación. Los colores tienen la capacidad de calmar, inspirar, excitar, equilibrar o alterar nuestras percepciones, lo cual llevó a considerarlos como instrumentos terapéuticos por sí mismos.
Los efectos psicológicos que se han podido comprobar son básicamente de dos tipos, los que se definen como directos, los cuales hacen que un ambiente parezca alegre o sombrío, frío o cálido, etc. y los indirectos, relacionados con los afectos y con asociaciones subjetivas u objetivas de los individuos frente a los colores. Esta característica subjetiva de la apreciación de los colores, hace que los efectos secundarios sean los más discutidos, ya que pueden varias de acuerdo con los diferentes individuos.
Tratamiento
Una habitación completamente blanca es perfecta para la cromoterapia, pues se puede proyectar cualquier color llenando la estancia, bañándonos completamente en la luz del color elegido. También se puede utilizar el color deseado en una zona concreta del cuerpo. Suele aplicarse una sesión diaria de unos 30 minutos. Tras 15 días de tratamiento empiezan a notarse sus efectos.
El tratamiento debe aplicarse con el mínimo de ropa o vestido con tejidos naturales, preferiblemente seda de color blanco.
Historia
La terapia con los colores, o cromoterapia, se ha realizado desde tiempos antiguos.
En Egipto, Irán, India y China, la gente conoció las propiedades curativas del color y las aplicó de muchas formas.
Las habitaciones del templo de Heliópolis se diseñaron de forma que los rayos solares se descompusieran en los siete colores del espectro y fueran útiles para la curación. En las mezquitas de Irán se utilizaron azulejos vidriados de diferentes colores para la inspiración y purificación del espíritu.
Estas culturas utilizaron el color en diversas medidas en la arquitectura, el agua, el brillo de la luz a través de cristales y la molienda e ingestión de gemas en polvo.
Publicado por Marina Serna Ubeda
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